jueves, 18 de abril de 2013

La burocracia

No hay sistema peor planteado que el servicio público de empleo, es decir, los funcionarios, ojo que en este artículo no estoy hablando de las personas que sí que se toman en serio su trabajo, estoy hablando de esas personas que todos conocemos bien, como profesoras de colegio que repiten año tras año como un papagayo la lección, con verdadera pesadumbre y esperando que se acabe la clase, en lugar de (como si hacen algunas) aprovechar la oportunidad de sembrar algo en esas mentes poco cultivadas. A parte de estas profesoras también me estoy refiriendo a las administrativas, que no me pregunten por qué, pero se suelen caracterizar por tener algunos kilos de más, llevar gafas y tener el pelo corto, y que a cualquier pregunta o requerimiento te suelen mirar con cara de disgusto, como si le estuvieses amargando el día, y te estuviesen haciendo un favor especial, en lugar de ser conscientes de que trabajan en eso.

Por tanto al hablar de estas personas, lo hacemos sabiendo que han sido el producto de años y años de una falta tremenda de incentivos, hasta hace bien poco (ahora algunos por desgracia sufren la consecuencia de la crisis), todo el mundo creía que iba a estar en ese puesto toda su vida, por lo que no se veían motivados a realizar un desempeño original, currado o innovador de su trabajo, para ser visto bien por sus superiores,  ya que esos mismos superiores compartían esa visión de vida laboral.

Y para colmo conozco varios casos de personas que trabajan de funcionarios que no les asignan mucho trabajo, ya que puede ser estacional, por periodos o simplemente con el avance de las nuevas tecnologías hay mucho menos trabajo humano, y se sigue repartiendo entre las mismas personas. Casos en los que hay diez personas trabajando, en las que fácilmente podrían hacer el trabajo dos de ellas. Estas personas tienen ganas de trabajar, porque al principio todos pensaremos que está bien eso de no trabajar las ocho horas y estar mirando las musarañas, pero pasado un tiempo abruma el aburrimiento, ya que el cerebro quiere estar en movimiento. Por lo tanto el estado nos vuelve a mostrar cómo es extremadamente ineficiente, y las posibles soluciones es la creación de un país sin estado, como apuntaba en mi artículo “países sin estado”, por lo que no habrá funcionarios. U otra solución o como complementaria hasta que todos esos funcionarios se hayan jubilado, es la flexibilización de los funcionarios, es decir poder pasar “x” funcionarios de un departamento a otro en función del trabajo.

martes, 9 de abril de 2013

Manos vacías, pies descalzos

Paso a paso, despacio, camina entre la gente. Las puertas del vagón se cierran haciendo tambalear su frágil y famélico cuerpo.
Su pelo oscuro, totalmente desaliñado, esconde sus ojos tristes. Profundas cicatrices se dejan entrever en su rostro, mientras avanza encorvado por el peso de la edad. Una mano abierta pidiendo un deseo. Volver a vivir. Dignamente, me refiero.  


Desde aquel septiembre de 2008 en el que la quiebra de Lehman Brothers desataba el desconcierto y el pánico, la brecha entre pobres y ricos ha ido creciendo hasta alcanzar niveles insufribles.  

La gestión de muchos bancos ha dejado bastante que desear. Jorge es uno más de los miles, cientos de miles, de casos de ciudadanos engañados por las entidades bancarias.  

Con 64 años de edad, sin haber acudido a la escuela y habiendo cobrado una indemnización tras el accidente que trajo consigo su incapacidad laboral, decidió acudir a su banco para ingresar el dinero que le daría para vivir.
Carmen, la directora del banco, no se hizo de rogar por comentarle las fabulosas ventajas de una posible inversión a plazo fijo. 60.000 euros a un 5,4 % de interés. No parecía un mal negocio. Además, Carmen había llevado sus cuentas toda la vida, por eso Jorge confiaba ciegamente en ella, así que sin pensarlo demasiado, aceptó la prometedora oferta.
A finales de 2011, acuciado por la necesidad, Jorge acude a su oficina de siempre con la intención de recuperar parte de sus ahorros.

La única solución que le da el banco es canjear sus preferentes por acciones de Bankia ante la promesa de que recuperaría un 60% de su dinero, y el 40% restante lo tendría a finales de año. Sin embargo, ese dinero nunca llegaría. Y peor aún, Jorge no tiene forma alguna de demostrar que todo ha sido algo involuntario y desconocido para él. Este hecho le impide acogerse a un arbitraje que le permita recuperar su dinero.
Dos años más tarde, 9 de abril del 2013, los periódicos recogen entre sus páginas que Bankia sigue negándose a ayudar a las personas afectadas por sus engaños.  
Mientras tanto, Jorge se pierde entre la gente con las manos vacías y los pies descalzos dejando tras de sí, miles de sueños que jamás se cumplirán.  

Publicado por: María Pérez Taboada

miércoles, 3 de abril de 2013

La crisis actual y la decadencia política.


Como todos sabemos los políticos llaman a la situación actual "crisis", yo lo llamaré estafa, y a continuación explicaré el por qué. Me introduciré en materia española.
La crisis en España está producida por la burbuja inmobiliaria, cuestión que incluye a los bancos, puesto que estos daban créditos a lo loco, y sin pensar en las consecuencias que esto traería. La consecuencia principal es que dar dinero a una persona que no lo va a tener, es como echar una moneda a un pozo, nunca volverá. A raíz de esto viene la falta de dinero líquido, ya que se ha movido dinero en papel ( cheques, pagaré...), es decir, dinero ficticio. Todo esto viene dado por una política permisiva, puesto que los políticos también comían de esa tarta. Creo que una falta de legislación y administración correcta ha sido la que nos ha llevado a la situación actual. Debido a que la mayoría de la población vivía por encima de sus posibilidades.
Una corrupción constante es lo que sale hoy a la luz, pero no nos equivoquemos, esto viene desde que se inició la "democracia actual", a finales de la década de los 70. En este país han querido "chupar del bote" todos y lo han conseguido. ¿Cómo? Pues muy fácil, porque el que tenía acceso al poder y en consecuencia a las arcas públicas, era el mismo que "quería chupar del bote". Los mismos que cambian y ponen leyes a su antojo, sí sí, esos mismos que no nos dejan luchar por nuestros derechos.
Indagaré mas allá, capitalismo. Esa economía que la mueve el mercado, pero un mercado movido por ricos. La misma economía que permite tener a unos pocos mucha riqueza, y a otros muchos mucha pobreza. En el mundo en el que vivimos existen unos derechos humanos, que pocos cumplen.
Creo que va siendo hora de cambiar de modelo económico, aunque sé que es difícil. También lo era que el hombre llegase a La Luna, pero se consiguió. ¿Qué es mejor tener dinero o tener moralidad? Muchos pensarán lo primero, pero cuando sean mayores se darán cuenta de que el dinero no te forma como persona, que al fin y al cabo es para lo que vivimos.
Para finalizar me quedo con una frase que leí en una mesa de la biblioteca: ¿Y si la cura del cáncer está en la mente de alguien que no se puede pagar los estudios? Mi reflexión es, si esa persona con mucho dinero tuviese cáncer, ¿no daría ese dinero a la persona que podría descubrir su cura? El dinero viene y se va, las personas son las que permanecen.